viernes, 30 de abril de 2010

Zambillida en un rio de ácido sulfurico



La imagen está tomada en el cenote Angelita, un pozo de 60 metros de profundidad en mitad de la selva mexicana, al sur de las ruinas mayas de Tulum. Lo que veis bajo el buceador no es un río submarino, sino una densa capa de ácido sulfhídrico que se ha formado hacia la mitad del cenote y que provoca una sensación extraña a los que se aventuran a bucear en su interior. La capa de ácido sulfhídrico se ha producido por la descomposición de los desechos vegetales que han caído desde la selva durante años. "Como este ácido es más denso que el agua", apunta la Wikipedia, "se producen fraccionamientos por diferencia de densidad".



Algunas acumulaciones de tierra y ramas parecen pequeñas islas emergidas de un lago misterioso. La sensación fantasmagórica se incrementa, según los que han buceado en el cenote, porque uno puede atravesar la espesa nube y bajo ella vuelve a nadar en aguas cristalinas. En ocasiones, como en este vídeo, los submarinistas juegan a zambullirse y da la impresión de que bucean en otro mundo.

lunes, 26 de abril de 2010

Candidatos a un «vuelo» a Marte se entrenan en un simulador neumático



Diez de los once candidatos a participar en el simulacro de un vuelo a Marte, cuyo inicio está previsto en unas semanas, deberán probar hoy su destreza e intrepidez en el interior de una construcción neumática suspendida a cinco metros de altura.

«Para evaluar la reacción de los futuros miembros de la tripulación en condiciones de estrés y su capacidad de interactuar, les hemos preparado un entrenamiento en un simulador», señaló Yuri Bubéyev, uno de los responsables del proyecto «Marte-500».

En este sentido, el especialista subrayó que trabajar embutidos en sus escafandras y en condiciones de gravedad marciana exige a los miembros de la tripulación una coordinación total de sus movimientos y agregó que el entrenamiento en el simulador especial les ayudará a adquirir experiencia en esta materia.

Los candidatos serán divididos en cinco parejas y cada grupo deberá permanecer durante varios minutos en el interior de la «construcción inestable, parecida a un gran buñuelo de entre 3 y 4 metros de diámetro, que planea impulsada por una corriente de aire a una altura de 5 metros» y mantenerla en equilibrio. Si los movimientos de los voluntarios son coordinados, el «buñuelo» planeará, en caso contrario, volcará , precisó Bubéyev.

Posteriormente se analizará el resultado del «vuelo» y se conocerá cuál es la pareja más preparada para trabajar en la superficie marciana, explicó.

En este entrenamiento participarán sólo diez de los once voluntarios del proyecto, entre los que figuran siete rusos, un francés, un belga, un italiano y un chino. La composición final del equipo se dará a conocer al finalizar todas las pruebas.

Los seis finalistas permanecerán en un módulo científico aislados del mundo durante 520 días, el tiempo del viaje de ida y vuelta a Marte, más una estancia simulada de 30 días en la superficie marciana.

El 14 de julio del año pasado concluyó el simulacro de vuelo a Marte de 105 días, considerado la antesala del proyecto principal: «Marte-500».

Este ensayo ha sido ideado para poner a prueba la compatibilidad psicológica y la tolerancia de los integrantes de la tripulación y permitir a los científicos estudiar día a día los efectos del aislamiento de larga duración.

La fuente de esta noticia es el periódico La Razón.

lunes, 5 de abril de 2010

Ordenadores diez veces más rápido gracias al grafeno



Este material de gran flexibilidad y resistencia sustituirá al silicio en los transistores responsables de la velocidad del procesamiento de datos


Parte del futuro está compuesto de ordenadores tan espesos y flexibles como una hoja, listos para llevar doblados en un bolsillo, y extremadamente veloces. Un futuro que sigue pareciendo increíble, pero que es real y cada vez más cercano.
IBM acaba de anunciar la creación de un transistor capaz de funcionar a una velocidad de 100 GHz, lo que permitiría aumentar la velocidad de los ordenadores hasta diez veces, gracias al grafeno. Este nuevo material proveniente del grafito permitirá que los electrones se muevan dentro de los transistores (los interruptores eléctricos que permiten que pase la corriente y que determinan la velocidad de los procesos en función de la cantidad que dejan pasar) aumentado la transmisión desde los 100 km por segundo de los actuales de silicio hasta alcanzar los 1.000 km por segundo dentro del grafeno. Empresas como IBM están investigando este nuevo material ante la imposibilidad de reducir aún más los diminutos transistores de 35 nanometros de tamaño (un nanometro es el resultado de dividir un metro en 1.000 millones de partes).

Un gran descubrimiento
El grafeno proviene del grafito, el mismo material de las minas de los lápices, compuesto a su vez por muchas capas de átomos de carbono. El grafeno es una única de estas capas de átomos de carbono. Este material fue descubierto en la Universidad de Manchester en 2004, gracias a la sencilla participación de la cinta aislante. Haciendo presión con la cinta sobre el grafito y después sobre una superficie se consiguió aislar una capa de grafeno. Una manera un poco rústica que se intenta mejorar desde diversos centros de investigación con el fin de conseguir capas más uniformes.
El equipo de investigación dirigido por Tomás Palacios en el departamento de Ingeniería Electrónica e Informática del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) es el encargado de profundizar en las aplicaciones del grafeno: «El grafeno es muy delgado; tan sólo una capa atómica de espesor, lo que lo hace flexible, y es más resistente que el metal. Además es transparente, absorbe sólo el dos por ciento de luz, lo que permite hacer dispositivos electrónicos en ventanas, plásticos...», explica Palacios. Su grupo está interesado concretamente en mejorar la velocidad de la comunicación inalámbrica, por ejemplo para Internet o la telefonía móvil. Otro de los usos será de carácter médico. La variación en las propiedades del grafeno debido a la exposición a una gota de sangre podría determinar en cuestión de segundos el tipo de enfermedad que sufre la persona que acude a su médico de cabecera. «Al ser tan fino, es tremendamente sensible a lo que sucede en la superficie de la capa atómica», detalla Palacios. Otro posible uso, sobre el que se trabaja, es para desarrollar aparatos que detecten infrarrojos, lo cual ayudaría a esclarecer el estado de los productos perecederos como la carne o el pescado, ya que cuando se degradan emiten radiaciones infrarrojas. «Lo que primero saldrá al mercado, y sobre lo que muchas compañías están investigando, es probablemente baterías para coches eléctricos y la fabricación de paneles solares que abaraten costes», explica Palacios.
Antes de estas finas capas, se intentó utilizar nanotubos de carbono, una lámina de grafeno enrollado en forma de cilindro hueco, pero esta nueva fórmula evitará tener que controlar el diámetro del nanotubo, que cambia por completo las propiedades del grafeno.


La fuente de la noticia es el periódico la razón, y el artículo está escrito por Eva M. Rull, a fecha de 27 Marzo 10